"Con la escritura, instrumento eficaz y ambivalente, se han declarado guerras y se han firmado tratados de paz; se han difundido seudoteorías oportunistas y se han fijado los grandes descubrimientos del pensamiento honesto; gracias a la escritura se ha ido acumulando y conservando una parte esencial de la memoria humana: las ciencias y las técnicas con las que cada nueva generación puede abrirse camino sin tener que empezar desde cero; las historias que nos ligan a nuestras raíces y, muy especialmente, esas obras excelentes, quizás generosamente gratuitas, que son los escritos literarios, las elaboraciones estéticas del lenguaje, la creación de mundos posibles."

(J. Tusón, 1996:9)

La Divina Comedia: El Infierno; Cántica I, Canto I. Análisis.


La selva oscura. — El Poeta se extravía en ella en medio de la noche. — Al amanecer, sale a un valle, y llega al pie de un monte iluminado por el Sol. — Se atraviesan en su camino tres animales simbólicos.—Retrocede, y se le aparece, la sombra de Virgilio que lo conforta, y le ofrece llevarlo al linde del Paraíso a través del Infierno y del Purgatorio.— Los dos Poetas prosiguen su camino.

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/dante.htmCanto I

En medio del camino de la vida,
Errante me encontré por selva oscura,
En que la recta vía era perdida. 3

¡Ay! que decir lo que era, es cosa dura,
Esta selva salvaje, áspera y fuerte,
Que en la mente renueva la pavura! 6

¡Tan amarga es, que es más solo la muerte!
Mas al contar el mal que allí encontrara,
El bien diré, que hallara por mi suerte. 9

No podría explicar como allí entrara.
Tan soñoliento estaba en el instante
En que el cierto camino abandonara. 12

Llegué al pie de un collado dominante.
Donde aquel valle lobrego termina.
De pavores el pecho zozobrante. 15

Miré hacia arriba, y vi ya la colina
Vestida con los rayos del planeta,
Que por doquier á todos encamina. 18
Entonces la pavura un poco quieta.
Del corazón el lago serenado.
Pasó la angustia de la noche inquieta. 21

Y como quien, con hálito afanado
Sale del mar á orillas, jadeante,
Y mira atrás con ánimo azorado; 24

Así también, mi espíritu fluctuante
Volvió á mirar el temeroso paso
Que vivo no cruzó ningún viandante. 27

Cuando hube reposado el cuerpo laso,
Volví á seguir por la región desierta.
El pie más firme siempre en más retraso. 30

Y casi al pie de la subida incierta,
Una móvil pantera hacia mí vino,
Que de piel maculosa era cubierta. 33

Como no se apartase del camino
Y continuar la marcha me impedía,
A veces hube de tornar sin tino. 36

Era la hora en que apuntaba el día,
Subía el Sol al par de las estrellas.
Como el Divino Amor, en armonía 39

Movió al nacer estas creaciones bellas.
Y hacíanme esperar suerte propicia,
De la pantera las pintadas huellas, 42

La hora y dulce estación con su caricia:
Cuando un león que apareció violento,
Trocó en pavor esta feliz primicia. 45

Venía en contra el animal, hambriento,
Rabioso, alta la testa, y parecía
Hacer temblar el aire con su aliento. 48

Y una loba asomó que aparecía.
De apetitos repleta en su flacura
Que á muchos en miseria mantenía. 51

De sus ardiente ojos la bravura
De tal modo turbó mi alma afligida,
Que perdí la esperanza de la altura. 54

Y como aquel que gana de seguida,
Al tiempo de perder llora y desmaya,
Y queda con la mente entristecida, 57

Así la bestia, me tenía á raya,
Y poco á poco, inquieta, repelía
Hacia la parte donde el Sol se calla. 60

Mientras que al hondo valle descendía,
Me encontré con un ser tan silencioso.
Que mudo en su silencio parecía. 63

Al encontrarle en el desierto umbroso,
—^'¡Miserere de mí!—clamé afligido,
Hombre seas ó espectro vagaroso." 66

Y respondió:— "Hombre no soy: lo he sido;
Mantua mi patria fué, y Lombardía
La tierra de mis padres. Fui nacido. 69

" Sub Julio, aunque lo fuera en tardo día,
Y á Roma vi, bajo del buen Augusto,
En tiempo de los Dioses de falsía. 72

" Poeta fui; canté aquel héroe justo,
Hijo de Anquises, que de Troya vino,
Cuando el soberbio Ilion quedó combusto. 75

"¿Pero por qué tornar al mal camino?
Por qué no vas al monte refulgente,
Principio y fin del goce peregrino?" 78

— "¡Tú eres Virgilio, la perenne fuente
Que expande el gran raudal de su oratoria!
—Le interrumpí con ruborosa frente. - 81

"¡Oh! de poetas luminar y gloria,
¡Válgame el largo estudio y el afecto
Que ha buscado en tus libros mi memoria! 84

"¡Oh mi autor y maestro predilecto!
De tí aprendí tan sólo el bello estilo
Que tanto honor ha dado á mi intelecto. 87

"Esa bestia me espanta, y yo vacilo:
De ella defiéndeme, sabio famoso,—
Que hace latir mis venas intranquilo!" '90

Al verme tan turbado y tan lloroso.
Me dijo:— "Te conviene una otra vía,
Para salir de sitio tan fragoso.' 93

" La bestia que tu marcha contraría
No permite pasar por su apretura
Sino al que se le rinde en agonía.

"Es tan maligna, empero su magrura,
Que de apetitos y de cebo henchida,
Hambrea más cuanto mayor hartura. 99

"Con muchos animales hace vida,
Y muchos más serán, hasta que encuentre
Al Lebrel que la inmole dolorida. 102

"Este no vivirá de tierra y güeltre.
Sino de amor, virtud, sabiduría,
Y su nación será de Peltre á Peltre. 105

"El salvará la humilde Italia un día,
Por quien murió Camila y Eurialo,
Y Niso y Turno heridos en porfía. 108

" Perseguirá do quier sin intervalo
Esa bestia feroz, hasta el Infierno,
Que de la envidia fué el enjendro malo. 111

"Mejor que tú por tí pienso y discierno;
Sigue, seré tu guía en la partida
Hasta alcanzar otro lugar eterno. 114

"Oirás allí la grita dolorida,
Y verás los espíritus dolientes
Que claman por perder segunda vida. 117

" Después verás, en llamas siempre ardientes,
Vivir contentos, llenos de esperanza.
Los que suspensos sufren penitentes, 120

"Porque esperan gozar la bienandanza;
Y si quieres subir, alma más digna,
Te llevará á celeste lontananza; 123

"Pues el Emperador que allá domina,
Porque desconocí su ley eterna,
Mfc veda acceso á su ciudad divina. 126

" El universo desde allí gobierna,
Ese es su trono y elevado asiento:
¡Feliz el que á sus plantas se prosterna!" 129

— "Poeta,—dije en suplicante acento:—
Por el Dios que te fué desconocido,
Sálvame de este mal y de otro evento. 132

" Llévame donde tú me has ofrecido,
De San Pedro á la puerta luminosa,
Al través de ese mundo dolorido." 135

Siguió, y seguí su marcha cautelosa.

La Divina Comedia de Dante Alighieri.  Editor: Jacobo Peuser. Buenos Aires. 1894. Bartolomé Mitre.


La nota que sigue en el siguiente link es un comentario que ayudará a entender la estructuración del canto I de la cántica I de la comedia de Dante: 
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